Una de mis amigas más queridas y yo hemos tenido la mala suerte de vivir este año una de las peores experiencias que el destino le puede deparar a cualquier hija: nuestras madres tienen cáncer. A lo largo (larguísimo, infinito) de este proceso, hemos tenido conversaciones en las que nos hemos dado cuenta de que todos los procesos, incluso los más trágicos, al final son el mismo proceso, y que los humanos rara vez somos tan especiales como nos creemos.
Benditas rutinas ⏰
Benditas rutinas ⏰
Benditas rutinas ⏰
Una de mis amigas más queridas y yo hemos tenido la mala suerte de vivir este año una de las peores experiencias que el destino le puede deparar a cualquier hija: nuestras madres tienen cáncer. A lo largo (larguísimo, infinito) de este proceso, hemos tenido conversaciones en las que nos hemos dado cuenta de que todos los procesos, incluso los más trágicos, al final son el mismo proceso, y que los humanos rara vez somos tan especiales como nos creemos.